Un juez archivó el miércoles las acusaciones de corrupción contra el alcalde de Nueva York, Eric Adams, cerrando así la posibilidad de una reapertura del caso como lo había solicitado el Departamento de Justicia de Donald Trump. Dicho departamento argumentaba que el proceso afectaba la lucha contra la inmigración en la ciudad.

Ahora estoy feliz de que nuestra ciudad finalmente pueda cerrar el libro sobre esto y centrarse únicamente en el futuro de nuestra gran ciudad. Quiero agradecer a los neoyorquinos que rezaron por mí, que me apoyaron desde el primer día y se mantuvieron conmigo mientras nos enfocamos en el trabajo que tenemos por delante“, declaró Adams tras conocerse la decisión.

El alcalde demócrata estaba acusado de financiación ilegal de campaña política y de recibir sobornos de funcionarios y empresarios turcos, lo que lo ponía en riesgo de enfrentar un juicio a partir de abril. Sin embargo, más importante para Adams fue que el juez también cerró la posibilidad de que el caso se reactive en el futuro. La decisión del tribunal del Distrito Sur de Nueva York desestimó la acusación “con prejuicio“, lo que significa que no podrá volver a ser presentada.

Déjenme ser claro: como he dicho todo este tiempo, este caso nunca debió haberse presentado y no hice nada malo“, afirmó Adams.

Sin embargo, la decisión judicial parece estar ligada a concesiones en la política de inmigración. Desde su victoria en las elecciones de noviembre, Adams ha cortejado al magnate republicano Donald Trump y firmó una orden ejecutiva para permitir a los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas el acceso a la cárcel de Rikers Island. Esto ha generado críticas, pues dicha medida parece contradecir la legislación local de la ciudad, que ha recibido más de 200,000 inmigrantes desde la primavera de 2022.

Desde su formal inculpación en septiembre pasado, Adams ha mantenido su inocencia y se ha negado a dimitir, pese a que muchos de sus colaboradores lo han abandonado. Solo la gobernadora del estado de Nueva York, Kathy Hochul, también demócrata, tiene la capacidad de cesarlo, pero hasta ahora se ha resistido a tomar esa medida.