Una agencia de viajes donó los pasajes tras una entrevista en vivo, mientras arrecian las críticas al Gobierno por la falta de apoyo oficial a la familia del pontífice fallecido.

Buenos Aires. — Mauro Bergoglio, sobrino del papa Francisco, lanzó una colecta pública esta semana para reunir fondos y poder viajar junto a su familia a Roma, donde este sábado se celebrará el histórico sepelio del Sumo Pontífice en el Vaticano.

La noticia del fallecimiento del papa argentino, ocurrida el lunes, tomó por sorpresa a la familia Bergoglio, que no contaba con los recursos económicos necesarios para asistir a las exequias. “Nos cayó como un balde de agua fría. Queremos despedirnos de él como se merece”, expresó Mauro, quien destacó que recordará a su tío “por la humildad que lo caracterizaba y el humor al que apelaba en cualquier ámbito”.

La situación generó una fuerte ola de solidaridad en redes sociales y medios de comunicación. Este miércoles, el periodista Luis Novaresio reveló en su programa que, tras una entrevista realizada a Mauro, los propietarios de una agencia de viajes se contactaron para ofrecerle dos pasajes aéreos con hospedaje incluido, permitiéndole así asistir a la ceremonia en Roma.

Sin embargo, el caso derivó también en una polémica política, centrada en el secretario de Culto y Civilización del Gobierno argentino, Nahuel Sotelo. Varios periodistas y figuras públicas cuestionaron la aparente indiferencia del Estado ante las dificultades de la familia del papa para viajar, considerando que debieron haber sido incluidos en la comitiva oficial.

El Gobierno del presidente Javier Milei, que encabezará la delegación argentina rumbo al Vaticano este jueves, no ha emitido comentarios formales sobre la situación, aunque allegados al Ejecutivo aseguran que el viaje de la familia era un asunto privado.

“El papa Francisco fue una figura universal, pero también un argentino querido. El Estado debería haber facilitado la presencia de sus familiares cercanos en este momento tan simbólico”, opinó una voz del ámbito eclesial que pidió reserva.

Mientras tanto, Mauro Bergoglio ya tiene asegurado su lugar en la ceremonia de despedida y agradeció públicamente el gesto de la empresa de viajes que hizo posible su presencia en Roma. “Mi tío se reiría de todo esto, como siempre lo hacía. Él amaba al pueblo, y es el pueblo el que ahora me permite estar con él una última vez”, concluyó emocionado.