A más de una semana del devastador terremoto en Myanmar, equipos de emergencia siguen trabajando sin descanso en las tareas de rescate y limpieza de escombros. El sismo, que también afectó a Tailandia y el sur de China, dejó una tragedia en Mandalay, cerca del epicentro del terremoto, donde los rescatistas, incluidos equipos internacionales, continúan buscando sobrevivientes entre los escombros.
El número de víctimas mortales por el terremoto ha ascendido a 3,354, con casi 5,000 heridos y más de 200 desaparecidos. Las excavadoras siguen operando en áreas como el complejo de apartamentos Sky Villa, en Mandalay, donde se observan enormes ruinas y edificios destruidos. La situación humanitaria en las zonas más afectadas es crítica, con miles de personas necesitadas de agua potable, suministros médicos y refugios.
Según la ONU, la devastación causada por este terremoto, el más fuerte de la región en décadas, ha dejado a muchas comunidades sin hogar y en extrema vulnerabilidad. A pesar de los esfuerzos de rescate, aún hay muchos desafíos por enfrentar, como la reconstrucción de infraestructuras y la atención a los sobrevivientes que han perdido todo. La comunidad internacional sigue brindando apoyo mientras Myanmar lidia con las secuelas de esta catástrofe.