Consuelo Despradel dedicó parte de su participación en “Sol de la Mañana” a reflexionar no solo sobre ese capítulo histórico, del cual fue testigo directo, sino también sobre la delicada situación actual de Haití, que calificó como una “bomba de tiempo con riesgo de convertirse en un conflicto internacional”.

Despradel recordó con emoción su rol como joven militante durante la gesta del 65, cuando con apenas 20 años participó activamente en tareas de apoyo logístico, desde cocinar en comandos hasta realizar transferencias clandestinas de documentos, vinculándose incluso con figuras como Carlos Dore. Su intervención estuvo cargada de anécdotas, nostalgia y firmeza ideológica al repasar las motivaciones de los jóvenes revolucionarios de la época.

Ya en el plano internacional, llamó la atención sobre las advertencias recientes del canciller dominicano, Roberto Álvarez, quien alertó ante el Consejo de Seguridad de la ONU que la crisis de seguridad en Haití tiene el potencial de escalar a un conflicto internacional. Esta posición fue comentada por Despradel a partir de una carta pública enviada por el periodista haitiano Gilbert Mervillus, publicada en Acento, quien señaló que actualmente en Haití operan estructuras de terror con capacidad para ejecutar masacres con una eficacia “que podría asustar al ejército de Trujillo”.

El periodista haitiano se atreve a decir algo que nunca había oído en público: que Haití se ha convertido en un cuartel general del antihaitianismo, contra su propia gente y contra la estabilidad de toda la región”, expresó Despradel con énfasis.

También cuestionó a organismos internacionales como Amnistía Internacional, que pidió al gobierno dominicano cesar las deportaciones colectivas de haitianos y eliminar protocolos que vinculan servicios de salud con estatus migratorio. “¿Cuándo Amnistía ha dado cinco cheles para atender parturientas haitianas aquí?”, cuestionó indignada.

Despradel concluyó con un llamado a no subestimar la magnitud del problema haitiano, ni ignorar las señales que ya se están dando en la región: masacres, desplazamientos, control territorial de bandas armadas y el colapso institucional. “Esto no es solo un problema de República Dominicana. Haití está al borde de convertirse en una amenaza regional”, advirtió.