La masacre, que dejó 23 personas muertas y 22 heridas, en su mayoría de origen latino, se convirtió en el ataque más letal dirigido contra la comunidad hispana en Estados Unidos hasta la fecha.

Durante la audiencia, el juez Sam Medrano se dirigió al acusado con firmeza:

“La comunidad que intentaste destruir se ha convertido en un símbolo de resiliencia, de amor que supera al odio, de humanidad que resiste ante el mal”, dijo.

Crusius, de 26 años, evitó la pena de muerte al aceptar su culpabilidad en el caso estatal, luego de haber sido sentenciado previamente en 2023 a 90 cadenas perpetuas consecutivas en un proceso federal, tras declararse culpable de crímenes de odio y cargos relacionados con armas de fuego.

En su confesión tras el arresto, Crusius admitió haber escrito un manifiesto de ideología supremacista, blanca y antiinmigrante, donde declaró que su ataque estaba dirigido a mexicanos.

El atentado ocurrió el 3 de agosto de 2019, en una sucursal de Walmart frecuentada por ciudadanos mexicanos en la ciudad fronteriza de El Paso. El crimen conmocionó al país y generó un amplio debate sobre el racismo, los crímenes de odio y el acceso a las armas en EE.UU.

Con esta última sentencia, Crusius pasará el resto de su vida en prisión, sin posibilidad de libertad condicional ni apelación, mientras las víctimas y sus familias continúan luchando por sanar las heridas que dejó la tragedia.