En una impactante denuncia, cinco agentes del Departamento de Policía de North Bergen, Nueva Jersey, han acusado a su jefe, Robert Farley, de una serie de comportamientos inapropiados y abusivos. Según los documentos legales presentados, las acusaciones incluyen bromas pesadas como echarle huevo a las manijas de las puertas, defecar frente a sus subordinados, y realizar actos de abuso más graves, como enviarles juguetes sexuales y banderas LGBTQ+ a sus casas.

Además, los demandantes aseguran que Farley utilizaba lenguaje racista, discriminaba a los oficiales y tomaba represalias, negando la promoción a aquellos que se quejaban. Los agentes también lo acusan de haber pinchado con una jeringa a uno de los oficiales y de ponerle Viagra al café de la oficina.

Por su parte, el municipio de North Bergen defiende la gestión de Farley, calificando las acusaciones de “falsas e indignantes”. La Fiscalía General de Nueva Jersey ha declinado comentar sobre la investigación en curso. Farley, quien lidera a unos 140 policías y recibe un salario anual de $228,000, aún no ha respondido a los señalamientos.

Este caso ha generado gran controversia, evidenciando posibles problemas de liderazgo y abuso de poder en la fuerza policial.