La salud del Papa Francisco continúa siendo motivo de preocupación tras una recaída en su estado clínico. En el día de hoy, el Pontífice sufrió una nueva crisis respiratoria, provocada por un ataque de tos que derivó en la inhalación de vómito, lo que complicó aún más su cuadro. En este momento, el Papa requiere ventilación asistida para poder mantener la estabilidad de su respiración. La noticia llega después de cuatro días de leves mejorías y una mañana aparentemente tranquila en el hospital Gemelli de Roma, donde se encuentra internado desde el 14 de febrero.
Según informaciones, el episodio respiratorio que afectó al Papa esta tarde fue distinto a los anteriores, ya que se trató de un broncoespasmo que dificultó la respiración debido al estrechamiento de los bronquios. A raíz de este episodio, los médicos intervinieron rápidamente, sometiendo al Papa a una broncoaspiración y a técnicas mecánicas no invasivas. Afortunadamente, estas maniobras resultaron efectivas y el Pontífice respondió positivamente, controlando el episodio respiratorio.
Los médicos del Vaticano han indicado que en las próximas 24 a 48 horas se podrá dar un diagnóstico más preciso sobre la gravedad de este episodio. Aunque no se considera que el Papa esté en condición crítica, las autoridades eclesiásticas han enfatizado que la situación aún no está completamente fuera de peligro. Estaremos atentos a los próximos informes médicos que se emitirán en las próximas horas, y continuaremos monitoreando su evolución.