La comunicadora Altagracia Salazar, en su programa “Sin Maquillaje”, abordó con preocupación la convocatoria de la llamada “Marcha de Friusa”, organizada por grupos ultranacionalistas que buscan expulsar a ciudadanos haitianos asentados en la comunidad del Hoyo de Friusa, en Punta Cana.
Diversos sectores de la sociedad dominicana han expresado su temor por los posibles efectos de esta convocatoria. Pastores evangélicos, el Consejo Nacional de Unidad Evangélica y varios obispos han manifestado su inquietud ante el carácter de la marcha y los riesgos de violencia que podrían derivarse. Asimismo, el sector empresarial vinculado al turismo ha advertido sobre los daños colaterales que podrían afectar la imagen del principal destino turístico del país.
Uno de los aspectos que más alarma genera es la participación del grupo paramilitar “Antigua Orden Dominicana”, que ha utilizado símbolos asociados al trujillismo y a la represión. La comunicadora destaca que este grupo ha contado con cierto nivel de protección por parte de las autoridades en episodios anteriores, lo que ha permitido su crecimiento y consolidación.
Salazar cuestionó la ausencia de una política migratoria clara en el país, señalando que la situación en la frontera y la repatriación de haitianos no documentados han sido manejadas con altos niveles de corrupción. Datos recientes indican que en los últimos seis meses se han deportado más de 90,000 haitianos, lo que podría representar un mercado ilícito millonario para redes de tráfico de personas.
En un contexto global donde los movimientos antimigrantes han tomado fuerza, Salazar destaca que el caso dominicano tiene una particularidad: su dependencia del turismo. Esto hace que cualquier acto de violencia o tensión social en una zona tan estratégica como Punta Cana tenga un impacto significativo en la economía nacional.
Finalmente, la comunicadora enfatizó en la necesidad de que las autoridades garanticen el orden durante la marcha, evitando que la situación derive en enfrentamientos o actos de violencia que podrían empañar la estabilidad y reputación del país.