El 31 de marzo de 1995, el mundo de la música latina se detuvo con una tragedia que aún resuena: el asesinato de Selena Quintanilla, una de las figuras más queridas y talentosas de la música tejana. Con solo 23 años, Selena fue asesinada a manos de Yolanda Saldívar, quien había sido su amiga cercana y presidenta de su club de fans.

Aquel día, la noticia de su muerte se propagó lentamente, sin las redes sociales de hoy en día, pero rápidamente se convirtió en un choque para todos. El caos se apoderó de las redacciones de medios de comunicación, y mientras tanto, Saldívar se atrincheraba en su camioneta durante horas, amenazando con quitarse la vida. Finalmente, fue arrestada.

La tristeza y el desconcierto invadieron a los fanáticos de la “Reina del Tex-Mex“, quienes llenaron su casa de flores y mensajes. En ciudades de todo el país, se realizaron vigilias y homenajes, mientras las emisoras de radio dedicaban horas de programación exclusivamente a sus éxitos. Selena dejó una marca indeleble en la cultura latina y su legado perdura, tanto en la música como en el recuerdo de su carisma y talento.

A 30 años de su partida, Selena sigue siendo una figura icónica que cautiva a nuevas generaciones. Su música continúa siendo un símbolo de amor, unidad y orgullo para la comunidad latina.