La situación política en Colombia se ha tornado aún más tensa con las recientes declaraciones de la vicepresidenta del país, Francia Elena Márquez, quien ha revelado que su vida corre peligro debido a las denuncias de corrupción que ha realizado en el gobierno de Gustavo Petro. Según la vicepresidenta, estas amenazas son el resultado de su postura firme en contra de los actos de corrupción y las irregularidades que ha identificado dentro del Ejecutivo.
Durante una intervención vía telefónica con el programa “El Zol FM”, la comunicadora Carol Fiordaliza Pérez, periodista dominicana radicada en Colombia, destacó la importancia de la denuncia de Márquez y los retos políticos que enfrenta la vicepresidenta. “Francia Márquez ha sido una figura clave en la lucha por la igualdad y la justicia social en Colombia, pero su posición ha generado muchos enemigos dentro del propio gobierno”, comentó Fiordaliza Pérez, quien también destacó que la vicepresidenta no está sola en este conflicto, sino que ha enfrentado presiones tanto internas como externas desde que asumió su rol.
El conflicto comenzó a tomar forma cuando Márquez, como parte del gobierno de Petro, comenzó a trabajar en su proyecto del Ministerio de la Igualdad. Este ministerio tenía como objetivo reducir las desigualdades sociales marcadas en el país, sin embargo, la llegada de figuras como la canciller Laura Zabaraín y el nuevo ministro de Interior, Armando Benedetti, profundizó la distancia entre ella y el presidente Petro. Según Fiordaliza Pérez, la relación entre la vicepresidenta y el presidente se ha enfriado debido a la falta de coherencia en las decisiones políticas y a la presencia de figuras que han minado su autoridad.
“Lo que está en juego es más que un simple desacuerdo político. Francia Márquez ha hablado de corrupción de manera abierta y ha dejado claro que si le sucede algo, la responsabilidad recae en ciertos actores dentro del gobierno, incluida la figura de Petro”, agregó Fiordaliza Pérez.
La denuncia de Márquez se ha sumado a un largo historial de tensiones dentro del gobierno de Petro, que recientemente enfrentó una crisis ministerial por la renuncia de varios funcionarios. Los ataques a la vicepresidenta han sido constantes, y muchos sectores conservadores han aprovechado su postura para deslegitimarla.
La situación se complica aún más con el creciente desgaste de la administración de Petro, que se enfrenta a críticas tanto internas como externas. Si bien Petro ha sido un referente para muchos como líder progresista, su gobierno ha quedado atrapado entre las expectativas de cambio social y los desafíos de gobernar un país con profundas desigualdades estructurales.
Con estas revelaciones, el futuro político de Colombia se vuelve aún más incierto. La denuncia de la vicepresidenta no solo resalta la gravedad de la corrupción en el país, sino también los riesgos personales que enfrenta quien se atreve a desafiar el sistema establecido. El pueblo colombiano sigue observando con atención los próximos movimientos en este complejo escenario político.