Lunes, 24 de febrero de 2025 – La gestión de Donald Trump parece estar avanzando en un proceso de desmantelamiento de la administración federal de los Estados Unidos, un hecho que ya genera inquietud en diversos sectores. Este lunes, la noticia se centró en un giro radical que afecta a diversas agencias federales y al ejército.
El Departamento de Estado, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y el Departamento de Defensa han emitido directivas que ordenan a sus empleados cumplir con un informe detallado sobre sus actividades. Aquellos que no lo presenten serán destituidos de sus cargos. Además, la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (USAID) ha cerrado sus puertas, afectando a miles de empleados tanto dentro como fuera del país. Esta orden se implementó de forma repentina, evidenciando la intención de recortar y reestructurar el aparato estatal.
Uno de los movimientos más sorprendentes fue la destitución del jefe del Estado Mayor Conjunto, el Teniente General CQ Brown, quien había sido nombrado por el presidente Joe Biden. La razón oficial de su remoción se relaciona con su apoyo a agendas como la inclusión y la diversidad dentro de las Fuerzas Armadas, temas que Trump ha rechazado. En su lugar, el Secretario de Defensa, un hombre con un historial controversial, asumirá la dirección de la institución militar más importante de EE. UU.
Internamente, la situación está causando tensiones entre los diferentes sectores del gobierno federal, ya que algunos departamentos, como la NSA, están resistiendo activamente estas órdenes. La política está invadiendo incluso las Fuerzas Armadas, una institución tradicionalmente alejada de la influencia política directa.
Con la administración de Trump inclinándose hacia una política más centrada en el desmantelamiento de estructuras estatales tradicionales, la pregunta que muchos se hacen es: ¿estamos viendo el inicio de un proceso de reconfiguración del poder en los EE. UU., o será un giro que solo se recordará como una etapa de polarización sin precedentes?
El escenario continúa desarrollándose, y será crucial observar cómo Europa y otros aliados internacionales responden a este nuevo rumbo en la política estadounidense.