Krystena Murray, fotógrafa de bodas en Savannah, Georgia, presentó una demanda contra la clínica Coastal Fertility Specialists tras una dolorosa experiencia con su tratamiento de fertilización in vitro (IVF). Murray, quien había decidido convertirse en madre soltera, descubrió que la clínica implantó el embrión equivocado en su útero, lo que la llevó a perder la custodia del niño que dio a luz.

En 2023, Murray eligió cuidadosamente a un donante de esperma con características similares a las suyas: piel clara, cabello rubio oscuro y ojos azules. Sin embargo, cuando dio a luz en diciembre del mismo año, quedó sorprendida al ver que el bebé tenía piel oscura y rasgos distintos a los esperados.

“Llevar un bebé en mi vientre, enamorarme de él, darlo a luz y crear ese vínculo tan especial… Todo para que me lo arrebaten. Nunca seré la misma mujer”, expresó Murray con gran tristeza.

Un vínculo maternal roto por la clínica

A pesar del error, Krystena había decidido quedarse con el bebé. Sin embargo, los padres biológicos, cuyos óvulos habían sido implantados por error, reclamaron la custodia. Tras meses de cuidados y crianza, Murray se vio obligada a entregar al niño para evitar una batalla legal que, según sus abogados, no podría ganar.

Respuesta de la clínica

Coastal Fertility Specialists emitió un comunicado en sus redes sociales y por correo electrónico calificando el incidente como un “error sin precedentes”. La clínica se disculpó públicamente y aseguró haber implementado nuevas medidas de seguridad para evitar errores similares en el futuro.

El caso ha generado un intenso debate sobre la regulación y seguridad en las clínicas de fertilidad, así como sobre los derechos de las madres gestacionales y los padres biológicos. Krystena Murray continúa luchando por obtener justicia, alegando negligencia grave por parte de la clínica.