Norma Contla cumplió su sueño: hizo su último viaje a la tierra que la vio nacer. Con cáncer en fase terminal, Norma se autodeportó tras vivir 23 años en Chicago para pasar sus últimos días al lado de su madre y sus hermanas, quienes la esperaban ansiosas en el aeropuerto de la capital mexicana.
Un paramédico la llevó en camilla hasta la ambulancia que la trasladó a la casa familiar. Joshua, el mayor de sus tres hijos, todos ciudadanos estadounidenses y quienes nunca habían viajado a México, aseguró que tiene sentimientos encontrados: “Por un lado, estoy feliz de abrazar a nuestra familia por primera vez, pero triste por el futuro que nos depara. Me siento desesperado porque sé que pronto ya no estará aquí y no estoy preparado para eso”.
Noticias Telemundo documentó la historia de Norma Contla desde que pidió ayuda a una iglesia en Chicago, donde se refugió para evitar ser deportada durante el gobierno de Donald Trump. En su nuevo hogar en el Estado de México, pasará los siguientes días cobijada por el amor de su familia, a la que no veía desde hace más de dos décadas.
Su madre, Eloisa, la abraza con ternura. Norma no puede levantarse de la cama, apenas puede tomar agua y los medicamentos que le alivian el dolor. Sin embargo, su madre le susurra al oído que, el próximo 31 de enero, fecha de su cumpleaños 47, le preparará su comida favorita: “Me hagas el favor de hacerme mis tamales oaxaqueños, mi atole y mi pastel”, pidió Norma. Su madre respondió con una sonrisa: “Sí, hija. Y cuando terminemos de cenar, nos vamos al bailongo”.
Aunque Norma ya no puede hablar, su familia asegura que su alma está en paz. “¿Estás contenta, mi niña?”, le pregunta su madre. En el Estado de México, rodeada del amor de los suyos, su corazón vuelve a sonreír.