En una noche aterradora que podría haber terminado en tragedia, Aubrey, una niña de solo ocho años, se enfrentó a un intruso en su propia casa. En una exclusiva, su madre, Carol Wakefield, comparte el angustiante testimonio de un evento que la ha dejado marcada para siempre.

La madrugada del 15 de octubre, la pequeña Aubrey se despertó repentinamente con los ojos vendados, la boca cubierta y siendo sujeta por un hombre que había entrado en su habitación. Carol, quien estaba a tan solo una habitación de distancia, expresó su profundo horror: “El hecho de que sucediera tan cerca de mí realmente me afecta, ya que solo estaba a un dormitorio de distancia”.

Según el informe policial, el atacante, que llevaba una máscara de payaso, golpeó a la niña en la cabeza, dejándola inconsciente. Sin embargo, en un valiente acto de defensa, Aubrey logró forcejear con el sospechoso. Al recobrar el sentido poco después, la niña corrió al cuarto de su madre y llamaron a las autoridades.

La intervención de la policía fue rápida. Gracias al rastreo del teléfono móvil robado, así como a videos captados por cámaras de vigilancia y análisis de ADN, lograron identificar al sospechoso, quien resultó ser el vecino de la familia, Tomás Gallegos, de 56 años. Fue detenido cuatro días después del incidente.

La madre de Aubrey se mostró agradecida por el apoyo de la comunidad: “Nuestros vecinos son maravillosos. Nos han tratado como a su propia familia”. Las autoridades sugieren que Gallegos ingresó por la puerta trasera de la casa, la cual no contaba con cerradura. Por ello, hacen un llamado a los residentes para que refuercen la seguridad de sus hogares y enseñen a sus hijos a reaccionar con valentía ante situaciones peligrosas.

Gallegos enfrenta múltiples cargos, incluyendo robo, agresión, intento de secuestro y abuso infantil. Se anticipa que comparezca ante el tribunal el próximo 4 de noviembre.