En una reciente reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Kalil Míchel abordó la crítica situación en Haití, destacando la misión de pacificación que se autorizó hace un año. A pesar de los compromisos de varios países para enviar tropas y ayuda, hasta la fecha solo se han desplegado alrededor de 500 soldados, de los 4,000 prometidos.
Míchel enfatizó que, en lugar de exigir acciones a la comunidad internacional, el enfoque de Haití ha sido acusar a la República Dominicana de “racismo” en sus políticas de repatriación hacia migrantes haitianos, en medio de una crisis humanitaria que deja decenas de muertos cada día a manos de bandas delictivas.
El comunicador resaltó la firme postura del canciller dominicano, Roberto Álvarez, quien rechazó las demandas haitianas de detener las repatriaciones, argumentando que tal acción sería invitar a una mayor migración irregular. Míchel subrayó que República Dominicana ha asumido una carga humanitaria significativa sin ser responsable de la crisis en Haití. Al recalcar la necesidad de que la comunidad internacional cumpla con sus promesas de apoyo, Míchel concluyó que la posición firme de la República Dominicana no solo defiende sus derechos soberanos, sino que también busca el bienestar de Haití, en un momento en que la comunicación y el consenso son más cruciales que nunca.