El panorama político en Venezuela se ha intensificado tras las recientes declaraciones del gobierno de Estados Unidos, que escaló su discurso contra el régimen de Nicolás Maduro. Según el jefe del Departamento de Estado para Latinoamérica, Brian Nichols, existen pruebas irrefutables que confirman un fraude electoral en las elecciones presidenciales de 2024. Estas pruebas incluyen actas electorales que la oposición venezolana ha publicado en una página web, demostrando que el candidato opositor, Edmundo González Urrutia, habría superado a Maduro por casi cuatro millones de votos.
Nichols afirmó que incluso si Maduro ganara el 100% de los votos restantes, no podría superar a González Urrutia, subrayando la magnitud del fraude. Estas declaraciones fueron respaldadas en una reciente reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, aunque no se logró aprobar una resolución para intensificar los cuestionamientos al gobierno de Maduro.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, ha denunciado públicamente el fraude y condenado a Maduro, lo que ha generado divisiones entre los países miembros de la OEA. Brasil, Colombia y México, que habían pedido transparencia en las elecciones, se abstuvieron de votar en contra de Maduro, impidiendo la aprobación de la resolución. Esto ha desatado críticas por la “doble moral” de estos países, que piden transparencia en sus discursos, pero evitan condenar abiertamente al régimen venezolano.
El régimen de Maduro, respaldado por China y Rusia, no ha permitido la publicación completa de las actas electorales, lo que ha generado sospechas y convencido a gran parte de la comunidad internacional de que se ha desconocido la voluntad popular en Venezuela. Mientras tanto, la crisis política y económica en el país continúa agravándose, con millones de venezolanos fuera de su territorio debido a la inestabilidad y la falta de oportunidades en su nación.