Para una familia tradicionalmente demócrata, que ha aportado a la historia un presidente y un fiscal general, ambos asesinados en la década de 1960, el respaldo de Robert F. Kennedy Jr. a Donald Trump resulta especialmente ofensivo. La decisión de Kennedy Jr. de apoyar a Trump tras finalizar su campaña independiente ha sido interpretada por los miembros de la familia Kennedy como una traición a sus principios y legado político. La situación ha generado una notable controversia dentro de la familia, que históricamente ha mantenido una postura firme en favor de los valores y candidatos del Partido Demócrata.