El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela ha declarado al presidente Nicolás Maduro como ganador de las elecciones nacionales celebradas ayer, con un 51.2% de los votos computados, mientras que el candidato de la oposición, Edmundo González Urrutia, obtuvo el 44.2%.

El anuncio fue hecho con el 80% de los votos escrutados, en medio de fuertes críticas tanto de la población venezolana como de la comunidad internacional, quienes alegan que el proceso fue fraudulento. Maduro y el chavismo mantienen el poder en Venezuela desde hace 25 años.

Varios países, entre ellos Estados Unidos, Costa Rica y Chile, han declarado que no reconocerán el triunfo de Maduro, señalando irregularidades en el proceso electoral. La República Dominicana, por su parte, aún no ha fijado una posición oficial.

El CNE, compuesto por cinco miembros, de los cuales tres son afines al gobierno y dos a la oposición, retrasó el primer boletín hasta pasadas las 12 de la noche debido a lo que Maduro describió como un “hackeo” en el sistema de transmisión de datos, acusando a un país extranjero, posiblemente Argentina, de intentar boicotear el proceso.

Solo la mitad de los 21 millones de venezolanos registrados para votar ejercieron su derecho, un hecho llamativo considerando la crisis política y económica que enfrenta el país. La baja participación ha sido interpretada como un reflejo de la desilusión y desconfianza de la población en el sistema electoral.

Unos 1,300 medios de comunicación y representantes de cerca de 90 países fueron acreditados para cubrir el proceso electoral, incluyendo al expresidente dominicano Leonel Fernández, quien se reunió tanto con la oposición como con el oficialismo. Sin embargo, la tensión y las dudas sobre la transparencia del proceso dominaron la jornada.

La comunidad venezolana en el exterior, que incluye un gran número de profesionales y empresarios en la República Dominicana, expresó su decepción ante los resultados. Muchos habían albergado esperanzas de un cambio en el gobierno, pero el triunfo de Maduro ha generado un sentimiento de desánimo entre los expatriados.

A pesar de las acusaciones de fraude y la baja participación, Maduro se mantiene en el poder, reafirmando el control del chavismo en Venezuela. La comunidad internacional y los venezolanos, tanto dentro como fuera del país, continúan observando con preocupación la situación política en la nación sudamericana.