En un trágico caso que ha conmocionado a la comunidad de San Cristóbal, los parientes de Eduarda Díaz, quien fue brutalmente asesinada, han revelado que la víctima había denunciado múltiples veces las agresiones que sufría por parte de su pareja antes de su trágico final.

Los dolientes describieron el crimen como horrendo y afirmaron que Eduarda, trabajadora del hospital Oliver Pina, no merecía una muerte tan cruel. Rosa María Luciano, una de las parientes, relató que el agresor la golpeaba repetidamente y que en la última agresión “la picó de todas formas”, haciendo de su cuerpo “una carnicería”.

Díaz había sido reportada como desaparecida desde el jueves pasado, ya que no se presentó a su trabajo. Según los testimonios, su madre se alarmó al notar su ausencia y al comunicarse con el hospital, fue informada de que Eduarda no había llegado a su turno. El viernes por la mañana, su madre fue la primera en alertar sobre su desaparición.

El dolor y la impotencia se han apoderado de quienes narran las condiciones en las que fue encontrado el cuerpo de Eduarda. “No está completo el cuerpo porque él hizo fue un pescadillo, porque él mató fue una sin familia picadita como picado un cerdo”, expresó uno de los familiares, describiendo al asesino como un “psicópata”.

Eduarda Díaz deja atrás a tres hijos, el más pequeño de apenas seis meses, además de estar embarazada al momento de su muerte. Ambos hijos eran procreados con el agresor, José Osvaldo Alcántara, quien se entregó a las autoridades tras cometer el crimen. Su confesión permitió localizar partes del cuerpo de Eduarda, que habían sido mutiladas y colocadas en bolsas, dejadas en una finca en Ingenio Nuevo, San Cristóbal.

Los familiares de la víctima indicaron que ella se había visto obligada a cambiar su ruta al trabajo debido al acoso constante de Alcántara, quien no la dejaba en paz.