El comunicador Manuel Cruz realizó un análisis crítico sobre el panorama político dominicano, especialmente enfocándose en el rendimiento de los partidos minoritarios durante las últimas elecciones y comparándolos con paleteras, pequeñas tiendas de barrio.
Cruz comenzó felicitando al defensor del pueblo, Pablo Ulloa, por su intervención en las Naciones Unidas, destacando los avances en inclusión y accesibilidad en República Dominicana. Sin embargo, rápidamente cambió de tema para abordar lo que él considera un problema fundamental en la política dominicana: la proliferación de partidos pequeños que no logran alcanzar el umbral mínimo de votos para mantener su personería jurídica.
El comunicador señaló que en América Latina, el promedio requerido para que un partido mantenga su estatus legal es de entre 3% y 3.5% del total de votos en elecciones generales. Sin embargo, en República Dominicana, 26 partidos no alcanzaron ni el 1% en el plano presidencial en las últimas elecciones. A pesar de su escaso apoyo popular, estos partidos recibieron en conjunto más de 5,111 millones de pesos debido a una duplicación del presupuesto electoral, lo que Cruz calificó de “estafa al pueblo dominicano”.
Cruz hizo hincapié en la falta de representación y legitimidad de muchos de estos partidos, mencionando que varios ni siquiera lograron que sus miembros registrados votaran por ellos, destacando la contradicción entre las firmas presentadas para constituir los partidos y los votos obtenidos.
El análisis de Cruz también se extendió a la crítica de la longevidad de los líderes en ciertos partidos. Mencionó nombres como Vincho Castillo, con más de 40 años al frente de la Fuerza Nacional Progresista, y otros líderes con décadas en el poder sin mostrar avances significativos. Utilizó la metáfora de la “paletera” para describir a estos partidos, sugiriendo que se han convertido en negocios familiares y estructuras clientelistas sin impacto real en la política nacional.
Finalmente, Cruz llamó a una reflexión y revisión del sistema político, abogando por la eliminación de partidos que no cumplen con un mínimo de representatividad y que, según él, solo existen para beneficiarse del presupuesto estatal. Propuso que aquellos que no están dispuestos a trabajar en serio en la política deben buscar empleo en otros sectores y dejar de vivir del dinero de los contribuyentes.