Según las perspicaces observaciones de Julio Martínez Pozo, la reciente convención del Partido Revolucionario Moderno (PRM) marcó un hito significativo al demostrar con éxito la solidez y cohesión de la organización.
En las reflexiones de Martínez Pozo, las primarias, inicialmente percibidas como carentes de entusiasmo debido a la falta de una competencia estimulante, resultaron ser un triunfo rotundo.
El reconocido analista señala que el nivel de participación, que no sorprendió a muchos, fue clave en esta victoria. Con una estimación que oscila entre los 700,000 y 900,000 votantes, el PRM logró movilizar a una cifra significativa de sus seguidores, gracias a una estructura organizativa sólida y recursos de movilización bien gestionados.
Asimismo, argumenta que la convocatoria de primarias abiertas, a pesar de la falta de una competencia acalorada, fue una decisión acertada. La participación masiva reflejó, según su análisis, el rechazo a otra causa más que el entusiasmo por la propia. En este contexto, la capacidad del PRM para convocar a la militancia, incluso a aquellos que no son miembros rígidos del partido, se considera un logro significativo.
Un respaldo abrumador al presidente del PRM
El presidente del PRM, con más del 90% de apoyo, entendió que la verdadera batalla no era la elección interna, sino la consolidación de la unidad y legitimidad del proceso, según destaca Martínez Pozo. Los resultados fueron respaldados por otros participantes, como Guido Gómez Mazara, quien reconoció los resultados, y Leonel Fernández, quien, a pesar de algunas expresiones de inconformidad, probablemente se alinee con el partido en el futuro.
En este contexto, las habilidades organizativas del equipo liderado por el ingeniero de LNE Ascensión fueron fundamentales. Su eficiente gestión garantizó no solo una alta participación, sino también una distribución equitativa de liderazgos y cuotas de votación por regiones y provincias.
El mensaje del presidente del PRM sobre la apertura a la integración de los otros candidatos a la campaña general refleja la conciencia de que todos los apoyos son valiosos en una elección. Martínez Pozo destaca que, al reconocer el espacio de aquellos que, sabiendo que no tenían posibilidades reales, marcaron su presencia, se fortalece la unidad interna del partido.