En lo que podría calificarse como una de las detenciones de tráfico más inusuales que se hayan visto en Nebraska, dos patrulleros se encontraron con una escena que difícilmente olvidarán. El conductor de un vehículo llevaba como copiloto a un toro de gran tamaño. ¿La razón? Según el chofer, había modificado su automóvil para que su toro llamado Yuri pudiera viajar cómodamente.
Sin embargo, lo que no tuvo en cuenta el conductor fue cómo este viaje afectaría al estómago del toro. Resulta que el automóvil estaba lleno de lo que podríamos imaginar: excremento de toro. Los oficiales, sorprendidos por la situación, se vieron enfrentados a una escena que rara vez se encuentra en las carreteras de Nebraska.
A pesar de la inusualidad de la situación, los patrulleros optaron por darle al conductor una advertencia en lugar de emitir una multa o aplicar medidas más drásticas. Consideraron que quizás el conductor no había previsto completamente las consecuencias de llevar a Yuri en su automóvil.