Altagracia Salazar: ¿Es el uniforme lo que cambiará a la policía dominicana? | Sin Maquillaje

 

En un análisis profundo y crítico sobre los cambios anunciados en la Policía Nacional de la República Dominicana, la reconocida periodista Altagracia Salazar cuestiona si un simple cambio de uniforme será suficiente para transformar la esencia y el funcionamiento de esta institución clave en la sociedad dominicana.

En la reflexión que abarca una nota publicada por la Agencia Española de Prensa (EFE) hace 18 años, Salazar señala que en aquel entonces se anunció con gran expectativa que los policías dominicanos adoptarían uniformes diseñados por el renombrado modisto dominicano Oscar de la Renta. Este cambio, financiado por un préstamo millonario de 125 millones de dólares, se presentó como una oportunidad para modernizar y equipar a la institución policial.

No obstante, Salazar revela que los resultados de aquel anuncio quedaron lejos de lo esperado. A pesar del préstamo y la promesa de adquirir mil vehículos y mil motocicletas, la realidad mostró una situación diferente. En lugar de mil vehículos, se anunció la compra de 70 motocicletas Harley-Davidson a un costo unitario de 17 mil dólares. El paso del tiempo dejó al descubierto que la inversión no tuvo el impacto deseado, y muchas de estas motocicletas se perdieron en el camino.

 

Desafíos Pendientes: Una Transformación Integral para la Policía Dominicana

 

La periodista profundiza en la problemática de la policía dominicana, destacando la necesidad de un enfoque integral para su transformación. A pesar de los aumentos salariales y algunos esfuerzos de mejora, la cultura de la arbitrariedad y la agresión persiste en ciertos sectores de la institución. Salazar subraya la importancia de condiciones laborales adecuadas, destacamentos limpios y un departamento de asuntos internos efectivo para mantener la responsabilidad y el control.

Salazar señala un aspecto simbólico relevante: el logo de la policía dominicana, que muestra dos revólveres cruzados, puede representar una visión de la institución como controladora más que como defensora del ciudadano. En este contexto, el cambio de uniforme parece insuficiente para abordar los problemas de fondo que enfrenta la policía dominicana.

En su análisis concluyente, Altagracia Salazar hace un llamado a considerar la visión integral de la policía dominicana como una entidad de servicio y protección, en lugar de simplemente un cambio de imagen. La transformación requerirá esfuerzos profundos y sostenidos que aborden los problemas estructurales y culturales arraigados en la institución. El cambio de uniforme, por sí solo, difícilmente logrará el cambio deseado.