Puerto Príncipe amaneció este lunes con las tiendas, la administración pública y las escuelas cerradas en un día en el que varios sectores políticos exigen al primer ministro de Haití, Ariel Henry, que entregue el poder.
Las calles de la capital están prácticamente vacías, muy pocos autobuses circulan y la mayoría de la población se ha quedado en casa en una jornada de incertidumbre.
Este 7 de febrero es la fecha en la que debería concluir el mandato el presidente Jovenel Moise, asesinado el pasado 7 de julio, y por ello varios opositores defienden que en esta fecha caduca la legitimidad de Henry, quien fue designado por el jefe de Estado dos días antes de su muerte.