El presidente haitiano Jovenel Moïse estaba a punto de dar nombres.En julio, antes de ser asesinado, el mandatario estuvo trabajando en una lista de poderosos políticos y empresarios involucrados en el tráfico de drogas en Haití. Según cuatro altos asesores y funcionarios haitianos encargados de redactar ese documento, la intención de Moïse era entregar ese expediente al gobierno de Estados Unidos.

El presidente les ordenó que no perdonaran a nadie, ni siquiera a las poderosas personalidades que lo ayudaron a llegar al poder. Los funcionarios aseguran que la medida forma parte de una estrategia contra presuntos narcotraficantes y eso podría explicar el motivo del asesinato.

Cuando un grupo de hombres armados irrumpió en la residencia de Moïse y lo mataron en su habitación, su esposa, Martine Moïse —quien también recibió disparos y estuvo sangrando en el suelo, mientras fingía estar muerta— describió cómo los atacantes comenzaron a registrar la habitación, buscando apresuradamente sus archivos.