Separar economía y política es tan necesario hoy como separar Iglesia y Estado. Los procesos económicos deben liderarse por sí mismos, y toda la intervención de los políticos es sesgo, ignorancia y mala fe.
La actual situación es un reflejo de las maravillas que sería que los políticos entiendan que hay que separar política de los negocios. Pero tampoco nos engañemos, ellos son la espuma de una ola formada por trescientas mil personas que tienen carnet de un partido y que quieren vivir bien gracias a ello. Y es normal, porque dime lo que hubiera sacado Danilo trabajando como perito agrícola, que era su profesión, o González con su licenciatura en derecho.