Hay personas adictas a comprar, otras adictas al deporte, y también las hay adictas al dinero. Esta patología se denomina crematomanía, o deseo obsesivo por acumular dinero y riquezas, y, como todas las demás manías, es difícil de tratar.
Las personas que sufren esta patología responden a un perfil muy marcado por el interés personal y las ansias de reconocimiento social y profesional. Tienden a anteponer cualquier cosa con tal de aumentar sus riquezas, ya sea familiares, amigos o valores.