Es difícil definir el efecto J. Lo, pero fácil de identificar. En general, se refiere a la manera en que López, de 52 años, desafía casi todos los estándares humanos (belleza, éxito, edad, flexibilidad, relevancia, de todo). La expresión ha sido aplicada en varios momentos de su carrera, con frecuencia para expresar asombro.
A los 41 años, convenció a los productores de “American Idol” de que le pagaran unos 12 millones de dólares para sustituir a Simon Cowell, lo que desencadenó una fiebre de oro de jueces de renombre que exigían retribuciones similares. ¿Qué fue eso? “Llámalo el efecto J. Lo”, proclamó The Hollywood Reporter.