Dos policías tocaron a la puerta de un apartamento a raíz de la llamada de una mujer al servicio de emergencia para denunciar que un hombre había intentado asfixiarla, el sospechoso y un joven de 18 años que se encontraba en la vivienda le dicen a los uniformados que no hay ningún problema, pero la víctima los contradice y los agentes le piden que salgan al pasillo para que puedan explicar la situación.
En ese momento, uno de los sujetos comienza a hablar por teléfono mientras se dirige al balcón y se niega a obedecer a uno de los oficiales que le indica que finalice la llamada y aunque el agente intenta obligarlo, él se resiste y comienza a forcejear, instantes después entra en escena el otro sospechoso y el oficial, comenzando una gran pelea.