De acuerdo con la clasificación internacional de la Organización Mundial de la Salud, se considera que el consumo de alcohol es perjudicial cuando provoca daño mental o físico. No solo afecta a las personas, sino que también afecta a la familia, las relaciones laborales y a la sociedad en su conjunto.
El consumo de alcohol no controlado, puede llevar a una condición llamada “desorden por abuso de alcohol”, que se define como un trastorno neuropsiquiátrico crónico y recurrente. Este se caracteriza por un uso compulsivo de alcohol e incapacidad de controlar su ingesta.