La aparición de nuevas cepas con la propagación del coronavirus conlleva nuevas dificultades e incertidumbres en la lucha contra la pandemia.
El Covid-19 ha ido cambiando con el tiempo, como cualquier otro virus. Si bien los rasgos esenciales del virus siguen siendo los mismos, algunos cambios que se describen como “mutaciones” pueden dar lugar a diferencias considerables en las características básicas y, en consecuencia, en los efectos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió cuatro de las mutaciones de COVID-19 que han surgido hasta ahora como una “variante de preocupación” y ocho como una “variante de interés”.