Cuando tenía recién doce años empezó en la música. Había dicho que su hermano, Salvador, fue fundamental. Le robaba la guitarra y se lanzaba a componer. En Málaga, su tierra natal. A esa edad escribió Desencuentro. No es su canción más afligida, porque todas tienen ese dejo de melancolía, de desamor. Intento vivir sufriendo bajo este silencio y de nuevo por ti me hundo en un infierno, dice parte de la letra. Doce años. Pablo Alborán lo explica “porque el amor no tiene edad”, aunque ni él entiende bien cómo es que, tan pequeño, tenía sentimientos tan profundos.

El confinamiento fue una oportunidad. El 6 de noviembre publicará su nuevo disco Vértigo. Ya adelantó un single: Si hubieras querido. Otra vez el amor, el desamor. “Soy muy peliculero a veces, muy intenso. Pero son solamente mis letras. En la vida real no me pasan tantas cosas como parece”, se excusa. “Creo que al final son sentimientos que todo el mundo tiene alguna vez en su vida”.