El gobierno inició su política de represión amenazando medios y periodistas que no están a favor del PLD. Al mismo tiempo canaliza ciento de millones de pesos a los periodistas que son sus voceros y que acaparan los programas en vivo por radio y televisión. Pero eso es apenas la punta del iceberg. Ahora comienza su campaña de amedrentar a los empleados públicos advirtiéndole que serán cancelados si votan por un partido que no sea el PLD. Las amenazas se extienden igualmente a los que reciben beneficios sociales del gobierno, especialmente la tarjeta de solidaridad. Lo grande de esto es que lo dicen públicamente y no tienen el menor escrúpulo para proceder en consecuencia, cortándole la cabeza a cualquier empleado que exprese una opinión contraria dentro de la administración publica.