El Monumento del Son es considerado por los amantes del género como un espacio emblemático de la música dominicana. Su historia está ligada al desarrollo y proyección del son en el país desde el siglo XX.
José “Cheche” Abreu, uno de los grandes soneros dominicanos, explicó cómo este ritmo fue parte de la alta sociedad antes que el merengue. Recordó que el son sirvió de base para otros géneros y marcó generaciones de músicos y bailarines.
El espacio, ubicado originalmente en Sabana Perdida, reunió a importantes exponentes del son y figuras culturales. Hoy permanece como símbolo de tradición, memoria musical y orgullo nacional.