El hijo del presidente Nicolás Maduro afirmó que fusiles venezolanos llegarían a Nueva York para tomar la Casa Blanca, en respuesta a declaraciones del presidente Donald Trump sobre una posible intervención militar en Venezuela. Las expresiones elevaron el tono del enfrentamiento político entre ambos países.

En el mismo contexto, el mandatario venezolano acusó a Estados Unidos de atacar a su gobierno y al legado del fallecido presidente Hugo Chávez por el poder estratégico de Venezuela. Exhortó a Washington a resolver sus problemas internos y a no intervenir en asuntos venezolanos.

Las declaraciones generaron reacciones por su carga beligerante y reavivaron el debate sobre la escalada verbal en la crisis bilateral. Analistas advierten que este tipo de discursos incrementa la tensión internacional sin aportar vías diplomáticas.