Un tribunal condenó a un hombre a doce meses de prisión por enviar 1.500 correos electrónicos a su expareja. La insistencia constante generó angustia en la víctima, quien acudió a las autoridades tras no lograr frenar el acoso por medios privados.
Además de la condena, la justicia impuso una orden de alejamiento que le prohíbe acercarse a menos de 100 metros durante dos años. El caso fue considerado un ejemplo claro de acoso digital reiterado y persistente.
Las autoridades recordaron que este tipo de conductas, aunque se realicen por medios electrónicos, tienen consecuencias penales. El fallo busca sentar precedente y desalentar prácticas invasivas tras el fin de una relación.