Enrique Quailey compartió su experiencia de paternidad en el especial Padres al Borde, resaltando los retos y satisfacciones de criar niños en una familia compuesta. Explicó cómo asumió con responsabilidad y respeto su rol con Pablito, hijo biológico de su esposa, cuidando siempre de no invadir el espacio del padre biológico y construyendo un vínculo desde el cariño y la presencia cotidiana.

El actor relató también la llegada de su hija Samanta, experiencia que describe como un renacer emocional. Señaló que ser padre de ambos niños —uno biológico y otro no— exige equilibrio, madurez y la capacidad de diferenciar entre el cuidado infantil propio de una bebé y la atención emocional que requiere un niño en crecimiento. Subrayó que ambos merecen el mismo amor y respeto, independientemente de sus orígenes.

Quailey defendió con firmeza la belleza de las familias mixtas y la importancia de celebrar la diversidad racial y cultural. Rechazó los prejuicios sobre el color de piel o la textura del cabello, recordando que la prioridad es criar hijos sanos, seguros de sí mismos y orgullosos de su identidad. Para él, la paternidad moderna significa romper patrones, acompañar con respeto y abrazar las mezclas que enriquecen a la sociedad.