El expresidente Leonel Fernández volvió a ocupar la atención pública tras la publicación de un artículo en el que calificó la corrupción como un rasgo “intrínseco” del dominicano. Sus declaraciones provocaron fuertes reacciones, especialmente porque fueron interpretadas como un intento de justificar los escándalos que han marcado a su propio partido. Analistas y comunicadores señalaron que el texto minimiza el impacto político del caso Odebrecht y desvía responsabilidades.

De acuerdo con el análisis citado por Salvador Holguín en su más reciente artículo, Fernández habría cometido “dos errores estratégicos”: primero, atribuir la corrupción a la cultura dominicana; segundo, asegurar que el Partido de la Liberación Dominicana ha sido la organización que más ha aportado a la lucha contra este flagelo. Estas afirmaciones contrastan con los múltiples señalamientos de sobrevaluaciones, sobornos y falta de transparencia que han acompañado las últimas administraciones peledeístas, lo que reavivó un debate público que parecía cerrado.

El texto también retoma episodios pasados que afectaron la imagen del exmandatario, entre ellos la humillación sufrida en un acto en Estados Unidos en 2013, cuando fue increpado públicamente. Según Holguín, dicho incidente habría sido organizado desde el Palacio Nacional por altas figuras del PLD, lo que marcaría el inicio de un distanciamiento político interno. La nueva controversia abre nuevamente interrogantes sobre el rol de Fernández en el contexto actual y sobre la conflictiva historia reciente del partido morado.