El empresario Adriano Román Román, conocido por su fortuna millonaria y su extensa trayectoria criminal, falleció este miércoles a causa de un paro cardíaco en el Hospital José María Cabral y Báez de Santiago. Román, de 1.200 millones de pesos en patrimonio estimado, acumulaba un largo historial de violencia, incluyendo denuncias por violaciones, torturas, incendios intencionales, contrataciones de sicarios y múltiples intentos de asesinato. Cumplía condena por ordenar las agresiones contra su exesposa Miguelina Llaverías y contra el abogado Jordi Veras, quienes sobrevivieron a los ataques.

Román fue descrito durante años como un individuo con rasgos de “psicología criminal patológica”. Su primera condena surgió tras ordenar el secuestro y tortura de su entonces esposa, y posteriormente fue sentenciado por el atentado contra Veras, ocurrido en 2010, cuando ordenó a un grupo armado dispararle en represalia por haber testificado en su contra. También fue vinculado a incendios provocados, agresiones a familiares y casos de abuso sexual contra menores que nunca llegaron a los tribunales. Su muerte cierra uno de los capítulos criminales más perturbadores en la historia judicial reciente de Santiago.

En una entrevista con Nuria Piera, el abogado Jordi Veras expresó que la familia no esperaba el desenlace, aunque aseguró que nunca desearon su muerte. “Nosotros solo queríamos justicia, no venganza”, afirmó. Veras lamentó el fallecimiento y reconoció que, aunque la muerte impide que Román cumpla completamente su condena, su partida podría significar el fin de una amenaza latente. “Rogamos que exista el infierno para que se encuentre en él”, concluyó, resumiendo el sentir de muchas de sus víctimas.