En el programa Al Punto con Jorge Ramos se debatió sobre el ataque militar de Estados Unidos contra Siria, una acción que muchos analistas consideran un giro drástico en la política exterior del presidente Donald Trump. El bombardeo, ejecutado con 59 misiles Tomahawk, fue una respuesta al presunto uso de armas químicas por parte del régimen de Bashar al-Assad, que dejó decenas de civiles muertos, incluidos varios niños. Mientras Reino Unido, Alemania, Francia y Australia respaldaron la ofensiva, Rusia, China e Irán condenaron la operación y advirtieron sobre posibles consecuencias.

Durante la entrevista, la congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen defendió la decisión de Trump, calificándola como “la acción correcta ante un dictador que viola las leyes internacionales”. La legisladora afirmó que el uso de armas químicas representa una amenaza para la seguridad mundial y que Estados Unidos debía actuar para evitar que estos crímenes quedaran impunes. Sin embargo, reconoció que el pueblo estadounidense no apoya involucrarse en una nueva guerra, recordando los costos humanos y económicos de Irak y Afganistán.

El analista Alfonso Aguilar coincidió en que la decisión de Trump marca un cambio de postura, motivado más por una reacción emocional ante las imágenes de niños asesinados que por una estrategia militar definida. En tanto, Rusia desplegó buques en el Mediterráneo y calificó el ataque como una violación a la soberanía siria, elevando el riesgo de un enfrentamiento entre las grandes potencias. La pregunta que dejó el programa en el aire fue clara: ¿está el mundo al borde de una nueva guerra?