Desde Higüey, provincia La Altagracia, la pastora Belkis Castillo encabeza una labor profundamente humana al frente del Hogar de los Enfermos Mentales en Emaús, donde por más de 17 años ha acogido a decenas de personas con trastornos mentales que fueron abandonadas a su suerte. Su compromiso es conmovedor: recorrer las calles, cementerios y esquinas olvidadas para rescatar a quienes deambulan sin atención ni afecto. “Nosotros los recogemos, los bañamos, les damos de comer, ropa y sobre todo amor, porque aprendí que el afecto cura muchas enfermedades”, expresó Castillo al equipo de Noticias SIN.
Ubicado en la comunidad de Mata Chalupa, el centro acoge actualmente a más de 50 pacientes que reciben atención integral, alimentación diaria y acompañamiento emocional. Según la doctora Elizabeth González Hilario, colaboradora del hogar, muchos pacientes presentan cuadros tratables de bipolaridad o demencia, y podrían reinsertarse en la sociedad con el acceso a medicamentos y terapias adecuadas. Sin embargo, la institución sobrevive gracias a donaciones voluntarias y a la ayuda de los mismos internos recuperados, ante la falta de apoyo estatal. “Llevamos años solicitando ayuda formal al gobierno y nunca hemos recibido respuesta”, lamentó la pastora.
A pesar de los obstáculos, el Hogar en Emaús se ha convertido en un refugio de dignidad y esperanza para quienes fueron rechazados por sus familias. Castillo insiste en que estos pacientes, aunque vivan en un mundo diferente, sienten amor, tristeza y miedo como cualquier otro ser humano. “Cuando los recogemos, vienen destruidos; aquí recuperan su tranquilidad”, afirma. La líder religiosa reitera su llamado a las autoridades sanitarias para que colaboren en el sostenimiento de este espacio, que ha demostrado que el cuidado, la fe y el amor pueden devolver la luz incluso a las mentes más perdidas.