En una denuncia que ha causado gran indignación en la provincia de Montecristi, el señor Nápoles Enrique Álvarez, residente en Villa Vásquez, aseguró que la tumba de su hijo fue profanada apenas cinco días después de su entierro en el municipio de Castañuelas. El joven había fallecido tras un accidente de motocicleta, y su familia descubrió la exhumación cuando acudieron al cementerio a llevarle flores durante los nueve días de duelo.

Según relató Álvarez a medios locales, al llegar al camposanto se percató de que el ataúd estaba ausente y el hoyo vacío. Al investigar, dos trabajadores del lugar le confirmaron que el cuerpo había sido extraído por orden del síndico Moreno Arias y del jefe del cementerio, sin el consentimiento de la familia. “Ellos le dieron dinero a los sepultureros para sacar a mi hijo. Lo movieron a otro panteón sin avisarnos”, denunció el padre, visiblemente afectado.

El denunciante indicó que el cadáver fue localizado posteriormente en otro sepulcro del mismo cementerio, en condiciones deplorables, y exigió una investigación formal contra los responsables. La situación ha provocado repudio en la comunidad y reaviva las críticas por la falta de control en los cementerios municipales. Habitantes del sector calificaron el hecho como una falta de respeto y una violación al descanso eterno de los difuntos.