Una nueva crisis política sacude a Venezuela luego de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) asumiera las funciones del Poder Legislativo, dejando sin efecto las facultades constitucionales de la Asamblea Nacional, dominada por la oposición. La decisión, emitida por la Sala Constitucional del TSJ, fue considerada por múltiples sectores como un golpe de Estado institucional, al eliminar el equilibrio de poderes en el país.
Durante los disturbios ocurridos frente al Tribunal, se registraron enfrentamientos entre la Guardia Nacional, grupos chavistas y parlamentarios opositores, quienes acudieron al lugar para rechazar la medida. La periodista Ana Gabriela Vargas, quien se encontraba cubriendo los hechos, fue agredida por funcionarios y presuntos colectivos, según informaron medios internacionales. En medio del caos, los legisladores opositores denunciaron el uso excesivo de la fuerza para impedirles manifestar pacíficamente su rechazo al fallo.
El presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, calificó la sentencia como “un golpe mortal a la democracia venezolana” y pidió apoyo internacional para restablecer el orden constitucional. En contraste, el diputado oficialista Diosdado Cabello celebró la medida, señalando que el TSJ actuó “mientras la Asamblea se hacía la loca”. La oposición venezolana convocó para el sábado una movilización nacional en defensa del Parlamento, marcando un nuevo capítulo de tensión en la prolongada crisis política del país.