Joaquín El Chapo Guzmán, considerado uno de los narcotraficantes más poderosos de la historia reciente, permanece recluido en el Centro Correccional Metropolitano de Manhattan tras su extradición desde México. El abogado penalista Juan Carlos Monteza explicó que, pese a la notoriedad del caso, los procesos federales en Estados Unidos suelen manejarse con mayor hermetismo que los estatales. Guzmán se declaró no culpable de los 17 cargos que enfrenta por narcotráfico, lavado de dinero y homicidio, por lo que su defensa busca establecer un calendario de audiencias que podría extenderse durante un año.

Monteza advirtió que, aunque el caso podría atraer la atención mediática a nivel mundial, no seguirá el formato de juicios televisados como los de Michael Jackson o O.J. Simpson, ya que la ley federal limita la cobertura pública. En cuanto a los actores Kate del Castillo y Sean Penn, vinculados a Guzmán por su entrevista en México, podrían ser citados a declarar si la Fiscalía lo solicita. Si se niegan, la corte puede emitir una orden judicial (subpoena) que los obligue a comparecer, bajo pena de desacato.

El abogado aclaró que no es ilegal producir una película basada en la vida de un criminal, pero las ganancias podrían ser embargadas si se demuestra que provienen del delito. El gobierno estadounidense pretende, además de imponer una condena de por vida, confiscar los bienes obtenidos ilícitamente por Guzmán. México y Estados Unidos acordaron su extradición bajo la condición de que no enfrente la pena de muerte. Así, el futuro del capo parece sellado entre rejas, bajo el peso de una justicia que busca ejemplificar su alcance global.