El conductor de noticias Trompo Loco protagonizó ayer una pieza satírica que parodia la creciente ola de atracos en el país. En un formato de anuncio ficticio titulado “Atraco Dominicanos” el presentador ironiza sobre la impunidad y la naturalización del delito al ofrecer —en tono de burla— un servicio que roba desde celulares hasta compras del supermercado, señalando con crudeza la percepción de connivencia institucional.

La sátira, difundida en redes sociales y reproducida en fragmentos por estaciones locales, mezcló humor negro y crítica social para exponer la frustración ciudadana. Usuarios reaccionaron divididos entre la risa incómoda y la indignación; varios líderes de opinión subrayaron que el recurso humorístico, aunque eficaz para visibilizar el problema, corre el riesgo de normalizar la violencia si no se acompaña de propuestas concretas.

Periodistas y observadores coinciden en que la pieza obliga a una discusión más amplia sobre seguridad pública y desgaste institucional. Lejos de celebrar el delito, Trompo Loco buscó provocar —y lo consiguió—: la sátira funcionó como espejo incómodo que demanda respuestas políticas y acciones efectivas ante la sensación de inseguridad.