A solo días del certamen Miss Universo en Filipinas, la representante dominicana, Rosalba “Sal” García, enfrenta una carrera contrarreloj para reunir los fondos que le permitan viajar y representar al país. Con apenas 24 años y proveniente de una familia de agricultores, la reina de belleza se ha visto obligada a recurrir a las redes sociales para solicitar apoyo económico, lanzando una campaña en la plataforma GiftForward con la meta de recaudar 21 mil dólares. Su situación ha despertado tanto solidaridad como críticas, reabriendo el debate sobre el escaso respaldo que reciben las candidatas nacionales.

La joven, que describe su experiencia como una mezcla de “tristeza e impotencia”, asegura que no busca beneficio personal, sino cumplir el sueño de toda su familia. “Si yo no voy, no es solo mi sueño; es el sueño de ellos”, declaró emocionada. Por su parte, Magalys Febles, directora del certamen Miss República Dominicana, reconoció las limitaciones económicas de la organización y lamentó que, tras catorce años de trabajo, continúe dependiendo de recursos privados. “Es eso o no participar”, afirmó, subrayando que el gobierno debería destinar una partida presupuestaria para apoyar a las representantes nacionales.

La situación de Sal García, marcada también por el bullying en redes sociales y el rechazo de patrocinadores, ha generado indignación entre exreinas de belleza, quienes califican el caso como “vergonzoso” y “reflejo del abandono institucional”. Sin embargo, la modelo mantiene la esperanza de reunir el dinero necesario antes de la fecha límite. “Dios no deja solos a sus hijos buenos”, dijo confiada. Es la primera vez en 60 años que una Miss República Dominicana solicita ayuda pública para poder asistir a un certamen internacional.