En su tradicional intervención matutina del programa El Gobierno de la Mañana, el veterano comunicador Álvaro Arvelo, conocido popularmente como “Alvarito”, inició el 2017 con una crítica encendida sobre la situación del país. Entre ironías y exclamaciones, denunció lo que calificó como “el país insólito”, haciendo referencia a un caso en el que una mujer habría adquirido una camioneta de lujo —una “yipeta”— valorada en setecientos mil pesos, sin control ni verificación alguna. Con su característico tono de indignación, el comunicador cuestionó cómo una transacción de esa magnitud podía realizarse “como si fuera una cajetilla de cigarros”, sin que nadie exigiera documentación, cuenta bancaria o justificación del dinero.

Arvelo aprovechó la anécdota para exponer lo que considera una grave falla en los mecanismos de control financiero y moral de la sociedad dominicana. Criticó la aparente indiferencia de las autoridades y de los comerciantes ante actos de sospechosa procedencia, recordando que “no es discriminación, pero no es lo mismo un pobre desarrapado que un blanco bañadito con un Rolex”. Su mensaje, cargado de sarcasmo y descontento, reflejó una vez más su estilo directo y sin concesiones al tratar temas de corrupción, desigualdad y abuso de poder.

El periodista cerró su comentario lamentando el desenlace violento de los hechos relacionados con el teniente Félix Bryan, protagonista de varios asaltos armados, quien terminó abatido tras resistirse a la autoridad. Arvelo calificó el caso como “una tragedia anunciada” y advirtió sobre la pérdida de valores y la falta de respeto a las instituciones. Su discurso, entre indignación y reflexión, dejó claro que para él, la raíz del problema no es un hecho aislado, sino el reflejo de un sistema social y moral profundamente deteriorado.