Una joven denunció haber sido víctima de un robo dentro de un centro médico privado en Santiago, luego de ingresar a la sala de emergencias. Según relató, un individuo se hizo pasar por personal del laboratorio y le indicó que debía realizarse un análisis de orina. Al dirigirse al baño, aprovechó para sustraer sus pertenencias, lo que generó gran indignación al considerar que ni siquiera en una clínica hay seguridad garantizada.

La licenciada Nélsida Guzmán, representante de la clínica Tolentino Abreu, aclaró que la institución no tuvo responsabilidad directa en el hecho. Explicó que a la paciente ya se le habían entregado copias de los análisis realizados horas antes y que la persona que ingresó a la habitación no vestía el uniforme reglamentario ni portaba carnet de identificación. “Llevaba solo un broche rojo, lo cual no corresponde a la indumentaria oficial de laboratorio”, puntualizó.

La administración del centro aseguró que se trata de un hecho aislado y que nunca se había registrado un caso similar en sus instalaciones. Sin embargo, la situación reaviva la preocupación ciudadana por la inseguridad que afecta incluso a espacios que deberían ser sinónimo de confianza y resguardo.