A medida que avanzan las pesquisas sobre el accidente del avión RJ85 de LaMia, en el que murieron 71 personas rumbo a Colombia, han salido a la luz documentos que evidencian graves irregularidades en la planificación y decisiones del piloto Miguel Quiroga. Uno de los puntos críticos fue la aparente decisión de no abastecer suficiente combustible, lo que convirtió el trayecto en una maniobra de alto riesgo que terminó en tragedia.
El plan de vuelo presentado en Santa Cruz de la Sierra reflejaba una autonomía de 4 horas y 22 minutos, exactamente el tiempo estimado de trayecto entre Bolivia y Rionegro. No obstante, por normativa internacional, se debe incluir un margen adicional de combustible y al menos dos aeropuertos alternos. En este caso, solo se consignó uno: el Dorado, en Bogotá. Una funcionaria de la administración de aeropuertos boliviana incluso advirtió que la autonomía de combustible era “extremadamente justa”, pero el despachador respondió que así lo había ordenado el capitán.
El diario El Deber de Bolivia informó que la familia de Quiroga pidió perdón público, reconociendo que el aviador debió hacer “hasta lo imposible” para garantizar la seguridad de sus pasajeros y tripulación. Estos hallazgos refuerzan la tesis de que una cadena de negligencias y decisiones fatales antecedió al siniestro aéreo que conmocionó a Sudamérica.