En plena recta final de la campaña presidencial, Donald Trump es sacado de manera repentina del escenario por agentes del Servicio Secreto mientras pronunciaba un discurso en Reno, Nevada. El hecho provoca confusión entre los asistentes, quienes observan cómo el candidato es escoltado rápidamente hacia un área segura.
La tensión se desata cuando, en medio del público, se detecta a un hombre señalado como posible agresor. El sospechoso es reducido y detenido en el acto, lo que genera rumores de que podría estar armado. Sin embargo, minutos más tarde se confirma que no portaba ninguna arma de fuego.
Trump regresa al podio después de unos minutos y reanuda su discurso, agradeciendo a los agentes por su rápida intervención. El incidente mantiene en alerta a los asistentes y reaviva el debate sobre la seguridad de los candidatos presidenciales en medio de una campaña marcada por la polarización y la incertidumbre política.